Un movimiento continuo hacia una mayor intimidad con el maestro.

Jesús llama nuestra atención al mandamiento más grande en Mateo 22:37 “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente”. La vida de un discípulo se caracteriza por buscar continuamente más intimidad con el maestro. . Es una vida de aprender a vivir con él diariamente de manera constante. Jesús dice en Juan 15: 4 “Permanece en mí y yo permaneceré en ti”. La vida de un discípulo es un proceso diario de toda la vida de aprender a vivir, estar y permanecer con Jesús en una intimidad cada día mayor.

Negar nuestra propia carne, para en lugar reflejar al Maestro.

Esto requiere una negación diaria o la muerte de uno mismo. Como seres humanos, nuestras naturalezas no son propensas a este sacrificio de nuestras vidas, pero en los momentos en que estamos dispuestos a renunciar a nuestro “yo” para glorificar al maestro, nos alejamos de nuestra carne y en su lugar nos movemos a ser más como Él. Santiago 4:10 nos dice: “Humíllense ante el Señor, y Él los levantará”. Este es un acto de nuestra propia voluntad, y solo en una relación íntima y abierta con el maestro, a través de Su Espíritu Santo, podemos alguna vez descubrir los pasos que debemos seguir. Para que nuestras vidas puedan hacer eco de las palabras de Pablo en Gálatas 2:20 “He sido crucificado con Cristo, por lo tanto, ya no vivo yo, ¡más Cristo vive en mí!”

Una vida vivida para reflejar el amor del maestro a los demás.

También se nos pide como discípulos que reflejen el amor del maestro por su creación. Esto es importante para nosotros en dos áreas:
▪ Compañeros discípulos- Se nos pide que nos amemos unos a otros (Juan 13:35) como discípulos para que podamos ser un ejemplo para aquellos que no han elegido ser seguidores de Cristo. Este amor llega a través de una relación íntima con el maestro y una verdadera negación de uno mismo que nos permite amarnos unos a otros en verdad y humildad.
▪ El mundo- El segundo mandamiento nos llama a no amar solo a los que son compañeros discípulos, sino también a amar a nuestro “prójimo”. Jesús define a nuestro prójimo como nuestro semejante en su parábola del buen samaritano.

Por lo tanto, VidaNet cree que un discípulo es alguien que ha considerado el costo (Lucas 14: 28-32) y ha decidido seguir a Jesucristo con todo lo que hay en ellos.

“Un discípulo es un alumno o aprendiz. Fue uno que se unió a otro para obtener algún conocimiento práctico o teórico, ya sea por instrucción o por experiencia. La palabra llegó a ser utilizada tanto por aprendices que estaban aprendiendo un oficio como por adherentes de varias escuelas filosóficas. El concepto de discipulado era más popular en el judaísmo de los días de Jesús. Los rabinos tenían discípulos que estudiaban con ellos en una relación bien definida y especial. Varios aspectos de la relación rabino-discípulo en el judaísmo del primer siglo son significativos. El discípulo saláa de su casa y se mudaba con su maestro. Servía al maestro de la manera más servil, tratándolo como una autoridad absoluta. Se esperaba que el discípulo no solo aprendiera todo lo que su rabino sabía, sino que también se volviera como él en carácter y piedad (Mt 10:24; Lc 6:40). El rabino a cambio proporcionaba comida y alojamiento y transmitía sus propias interpretaciones distintivas a través de sus discípulos a las generaciones futuras. Entonces, cuando Marcos dice que Jesús eligió a doce hombres “para que pudieran estar con él” (Mc 3:14), refleja con precisión la comprensión contemporánea de cómo se debe entrenar a los futuros líderes. “
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